lunes, 3 de diciembre de 2007

Extraña forma de vida


Después de leer a Bolaño es casi obligatorio pasar por Vila-Matas. Y escogí este libro, creo que con poca fortuna.


“Extraña forma de vida” es el nombre de un fado que canta Amalia Rodrígues y también es la historia de un escritor que se confiesa voyer. No todos nos hacen esa confesión, aunque creo que la mayoría lo comparten.

En un momento determinado, el protagonista tiene en sus manos la posibilidad de cambiar radicalmente de vida y para ello no se le ocurre nada más ingenuo que utilizar el contenido de una conferencia que tiene que dar esa misma tarde. Las ideas vienen y van sin llegar a ningún puerto, sometidas a la premura de tiempo y a las obligaciones cotidianas que interrumpen su discurso mental.

Al final opta por lo cotidiano, por la seguridad de la rutina y la vida sin sobresaltos, dándose como única concesión cambiar de estilo literario.

Todos somos espías. Lo mejor del libro son las historias del abuelo, espía de ópticas y hostias y sobre todo el padre del escritor, verdaderamente unaminiano.


No hay comentarios: