sábado, 28 de abril de 2007

Azul casi transparente.


Sexo drogas y rock and roll, y también violencia en un Japón que vive entre el amor y odio a los Estados Unidos desde la postguerra. Por eso hay quien dice que se trata de un libro casi pornográfico y quien lo compara con la naranja mecánica.

Es una novela corta, brutal, sin de juicios morales ni sentimientos, en la que un grupo de jóvenes japoneses vive a un ritmo frenético marcado por el consumo de todo tipo de drogas y de las orgías que organizan para los soldados de las bases americanas, siempre con la música de fondo de The Doors. Detrás de todo está la necesidad de aceptación, el vacío moral, la soledad, el desencuentro multicultural y el nihilismo que muy de vez en cuando dejan asomar algunos brotes de pureza y de ternura.
-¿Un suicidio, no? Bueno, como no estás muerto, es sólo un intento de suicidio, pero el hecho es que no sabes hacer las cosas bien. ... Eso es lo que el doctor que le cosió la muñeca a Yoshiyama había dicho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leí este libro después de la novela "Yonki" William S. Burroughs. De nuevo no existe "vida" para estos personajes, sino un espacio entre pinchazo y pinchazo, sexo extremo y otros motores de sensaciones. Aquí el acierto de Ryu es encontrar momentos de belleza en esta existencia "inhumana", como se encuentra en el jugo que sale de una cucaracha aplastada. Particularmente me parece una novela de elevada sofisticación, aquella que sólo se puede encontrar en la literatura oriental.