domingo, 19 de agosto de 2007

El lamento de Portnoy

Leyendo las tribulaciones del judío norteamericano Alexander Portnoy, es imposible no imaginarle con la cara del mejor Woody Allen, el de la época de Anni Hall.

Alex vive en una tierra de nadie marcada por los rituales y la filosofía existencial de su familia judía, por su madre freudiana y su padre, un estreñido vendedor de seguros. Obsesionado con el sexo prohibido y acongojado por su hipocondría, los sentimientos de culpa y la vida envidiada y repudiada a la vez de los goyim, relata su vida desde la infancia a la treintena a su psicoanalista. Lo hace en un tono jocoso, crítico y sarcástico, que nos hace sonreír y a veces soltar la carcajada, aun a pesar de saber la insatisfacción que encierra, su soledad vital y el terrible sentimiento de sentirse extranjero en todas partes.

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