Esta mañana no tenía nada apetecible para leer. Como estoy con la pata coja, no podía alejarme mucho de casa para ir a la biblioteca o a mi librería favorita donde siempre encuentro/me encuentran algo que merece la pena. Así que medio a rastras me he acercado al hiper de al lado de mi casa y he estado buscando entre los libros de bolsillo algo que me llamara la atención. La verdad es que ha sido difícil. ¡Hay que ver los bodrios que se leen! Al final ha habido suerte y he cogido un libro de un autor americano para mí desconocido y otro que no había leído de Sandor Marai.
Al llegar a casa le he preguntado a San Google por el americano y me ha respondido con un par de páginas que recomiendan tanto a ese autor como a Marai.
Como todavía estoy flipando con lo de los dioses de Dostoiewski y Tolstoi , pues….
Parece que en el mundo de la literatura también se dan esas extrañas casualidades.
Al llegar a casa le he preguntado a San Google por el americano y me ha respondido con un par de páginas que recomiendan tanto a ese autor como a Marai.
Como todavía estoy flipando con lo de los dioses de Dostoiewski y Tolstoi , pues….
Parece que en el mundo de la literatura también se dan esas extrañas casualidades.
1 comentario:
Hoy estoy yo en esa situación un pelín estresante de tener mucho que leer y no sabepor donde empezar, me lo acabas de resolver, Tolstoi y luego Dostoiewski.
Supongo que pronto sabremos cual era ese otro autor que no dices, ya sabes, curiosidades de lectora adicta.
Lo de la singularidad del encuentro en la red ya sabes... pos eso, perplejidades imposibles de resolver.
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