sábado, 6 de octubre de 2007

Cuadernos africanos

Alfonso Armada fue corresponsal de El País en África entre los años 1994 y 1997. Años de barbarie ¿Quién no recuerda las masacres de Liberia o los genocidios de Ruanda? ¿O las guerras a machetazos entre los Hutus y los Tutsis?

El libro es una recopilación de los artículos publicados en el periódico y de los cuadernos personales en los que escribía y describía horrores y tremendas escenas, tratando de sobrevivir a esa cruel realidad que no es posible describir con palabras. Es un viaje al horror que se lee con el corazón encogido y con mala conciencia.

Dos son las cuestiones que trata de despejar el libro. Primero el porqué de esa barbarie, el papel de las potencias occidentales en el proceso, la resaca del colonialismo, la utilización política occidental de los conflictos, la venta de armas y hasta la responsabilidad de nuestro propio país en esta historia de la que queríamos ir de rositas.

Y luego el papel del periodista como testigo de la barbarie y del dolor, la impotencia ante lo que se ve a través del objetivo de la cámara, la posibilidad de salvar a uno, a algunos, pero nunca a todos.

“Un diario es un registro contra la muerte, aunque dé cuenta de ella. Un diario es una memoria contra el tiempo y contra todas las asechanzas. Por eso escribo esta noche, antes de que amanezca, y sea Somalia, y no tenga tiempo. …”

En el libro hay también un reconocimiento y admiración a muchos españoles que trabajan en África y que abandonaron la fe que les llevó hasta allí para dedicar su vida a la lucha por la justicia y la dignidad del ser humano.

Después de esto, Alfonso Armada fue corresponsal de ABC en Nueva York. Leyendo este libro hasta llegué a comprender esta huida del horror después de tanto sufrimiento interior y exterior. Pero luego he visto que ha escrito “El rumor de la frontera”, un viaje por la frontera de Estados Unidos con México, la frontera que miles de personas tratan de salvar cada día en busca del sueño americano. Y es que donde pan se corta, migas quedan.

1 comentario:

Ybrim dijo...

Hay gente ante la cual hay que quitarse el sombrero, este señor parece ser uno de ellos. Eso que hablamos de la necesidad de una pasión para vivir que para algunos es una pasión que les tiene que dejar el alma hecha un asco. Tipos a los que todos debemos mucho, lástima que no vendan ni una migaja de lo que venden esos de los betsellers.