miércoles, 12 de diciembre de 2007

La espera

Lin Kong es un hombre que proviene del campo pero que ahora trabaja como médico en un hospital chino en plena revolución cultural. Está casado con una mujer tradicional mediante un matrimonio que fue concertado por sus padres. Se avergüenza de esa mujer de pies pequeños que cumple a la perfección con su papel de antigua buena esposa. Por eso ella sigue con su hija en el campo y el vive solo en el hospital. Allí conoce a la enfermera Manna Wu, con la que mantiene una relación sometida a unas reglas ridículas que les exigen su cultura y el partido comunista y que les impiden desde mantener relaciones sexuales hasta salir juntos del recinto. Sin embargo aceptan todo eso sin ninguna rebelión, añadiendo también sus miedos, sus indecisiones y sus mezquindades.
Lin cada año va unos días a ver s su familia y solicita con poco entusiasmo el divorcio, siempre sin éxito. Y la pareja de “amantes” ve con resignación como van pasando los años y se apaga la chispa y la ilusión. Manna se convierte en una solterona y todo son problemas en cuanto a su estatus social.
Las leyes permiten el divorcio después de 18 años, y hasta allí llega la larga espera la pareja. La esposa y la hija de Lin se trasladan a la ciudad, consiguen el divorcio y por fin puede casarse con Manna. Pero las cosas no resultan ser como esperaban.
Las criticas hablan bien de este libro que consiguió en 1999 el National Book Award y el PEN/Faulkner Award. A mí sin embargo me parece un ladrillo excesivamente lento, que podría haber sido mejor si solo tuviera la mitad de las páginas.

martes, 11 de diciembre de 2007

Arrancad las semillas, fusilad a los niños.


Detrás de un titulo feroz se esconde la historia de un grupo de chicos internos en un reformatorio japonés que es trasladado al campo a causa de la guerra. Por el camino son maltratados tanto por sus supervisores como por los campesinos de las zonas que atraviesan.

Por fin llegan a una remota aldea donde los campesinos que les acogen les utilizan para los menesteres que ellos no quieren asumir. Al desatarse una epidemia, les abandonan en la aldea a su suerte. Los chicos hacen lo que pueden para sobrevivir y llegan a encontrar un mundo en el que el hambre ha desaparecido y la amistad, el amor,la fraternidad, las buenas intenciones y la ternura son posibles…… Pero por poco tiempo.

La muerte, el odio y el regreso de los campesinos al poblado acaban con sus pequeños atisbos de esperanza en un mundo en el que no existe la dignidad y la vida no vale nada.

Un libro duro, duro, duro…

viernes, 7 de diciembre de 2007

Una caña de pescar para el abuelo


El libro reúne 6 pequeños relatos, la mayoría al estilo de “La montaña del alma" mezclan realidad y ensoñación, con el telón de fondo de las miserias de la revolución cultural y el nacimiento del gigante chino.


Una pareja en su luna de miel decide ser feliz y mostrar su felicidad al mundo aunque para ello tenga que obviar algunos ángulos de la realidad en el primer relato El templo de la Bondad Perfecta.
El accidente narra a cámara lenta el atropello de un ciclista y su hijo transportado en un carrito al más puro estilo de la china comunista.
Un hombre nadando en el mar y su angustiosa lucha por salir de él, descrito con un profundo realismo, es el argumento de El calambre. El protagonista se promete todo lo que uno puede prometerse cuando la vida pende de un hilo y lo olvida después huyendo del sentido del ridículo.
En El parque asistimos al reencuentro de lo que fue una pareja en el pasado que ya no tiene futuro.
Una caña de pescar para el abuelo, la historia que da nombre al libro, es un viaje a la infancia enturbiado por la decadencia de las ciudades y la destrucción del paisaje, en el sopor que provoca la retransmisión de un partido de fútbol
Y por último Instante, una colección de pasajes de difícil lectura llenos de desasosiego que quieren hilvanar una historia en la que se evocan instantes de distintas vidas.

“Iré a las afueras, a la orilla del río de las afueras al que el abuelo me llevo a ... ¿pescar? recuerdo que el abuelo me llevó al río no me acuerdo con claridad si pescamos algo, pero recuerdo que tenía un abuelo y una infancia...”

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cuando fuimos huérfanos


Christopher Banks es un famosos detective londinense nacido en Shangai que debe enfrentarse al más difícil de sus casos: la desaparición de sus padres cuando él era un niño y vivían en la colonia británica.

Después de una dulce infancia en la ciudad del opio compartiendo juegos con un amigo japonés Akira, en la Colonia Internacional, donde la convivencia entre personas de diferentes orígenes es posible. Al quedarse sin padres se ve obligado a trasladarse a un internado en Inglaterra donde finaliza sus estudios y se introduce en la sociedad de los años 30.

Poco apoco va sintiendo la imperiosa necesidad de regresar a la ciudad de su infancia para dar con el paradero de sus padres, convirtiendo esta tarea en una misión contra el mal de trascendencia internacional por la que debe sacrificarse en un momento en que el mundo se encuentra en un estado de convulsión con la guerra chino-japonesa y la amenaza del nazismo.

Una vez en Shangai utiliza todos los recursos a su alcance para encontrar a sus padres, que en su pensamiento cada vez más delirante, imbuido de la nebulosa en que se han convertido los recuerdos de su niñez, imagina vivos y viviendo en la misma casa donde les llevaron sus secuestradores veinte años atrás. Pero la realidad tiene muy poco que ver con sus ilusiones, el mal no se puede vencer desde lo individual y el mundo feliz de su infancia ha desaparecido.

Sorprenden la distancia tan grande que existe entre la percepción que Banks tiene de sí mismo la que de él tienen los demás

A pesar de todo, no de trata de un libro de detectives aunque tiene algunos guiños a ese tipo de literatura. Pero en realidad se trata de una historia personal de desarraigo, de larga búsqueda y de hallazgos inútiles, porque cuando encuentra lo que anhelaba es demasiado tarde.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Extraña forma de vida


Después de leer a Bolaño es casi obligatorio pasar por Vila-Matas. Y escogí este libro, creo que con poca fortuna.


“Extraña forma de vida” es el nombre de un fado que canta Amalia Rodrígues y también es la historia de un escritor que se confiesa voyer. No todos nos hacen esa confesión, aunque creo que la mayoría lo comparten.

En un momento determinado, el protagonista tiene en sus manos la posibilidad de cambiar radicalmente de vida y para ello no se le ocurre nada más ingenuo que utilizar el contenido de una conferencia que tiene que dar esa misma tarde. Las ideas vienen y van sin llegar a ningún puerto, sometidas a la premura de tiempo y a las obligaciones cotidianas que interrumpen su discurso mental.

Al final opta por lo cotidiano, por la seguridad de la rutina y la vida sin sobresaltos, dándose como única concesión cambiar de estilo literario.

Todos somos espías. Lo mejor del libro son las historias del abuelo, espía de ópticas y hostias y sobre todo el padre del escritor, verdaderamente unaminiano.