
Sus relatos, desiguales, tienen un trasfondo constante de la historia personal del autor chileno exiliado, que pasó por México antes de recalar en Barcelona. Una parte de su encanto es precisamente esa mezcla difícil de distinguir entre la realidad y la ficción.
Buba, un futbolista africano y otro chileno compañeros en el Barca, el poeta Enrique Lihn, un fotógrafo homosexual -el Ojo Silva- enfrentado a la prostitución infantil en la India, un narcotraficante colombiano sumamente ilustrado, el hijo de una actriz porno, un dentista altruista a ratos, los escarceos de casi todos con el alcohol y Arturo Belano, el alter ego de Bolaño, son algunos de los protagonistas de la historia.
El pesimismo, como casi siempre en la literatura actual, está presente en casi todos los cuentos de este libro
Deliciosas las críticas del Ojo Silva hacia los bienpensantes que disfrutan de las esencias de la India, y divertidísima su referencia a Alejandro Jodorowski y el maestro zen Ejo Takata en Carnet de Baile.
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