
Ramchad es un joven vendedor de saris (preciosas las escenas en las que descalzo y sentado en el suelo se los muestra a las acaudaladas clientas) cuya existencia está marcada por una azarosa desgracia.
Su vida monótona y solitaria cambia cuando decide recuperar el futuro que para él habían soñado sus padres y que creía perdido para siempre. Sus esfuerzos por aprender, de una forma tragicómica, le llevana a encontrar su dolor reflejado en el de los otros.
Y así "descubrió al otro ser que había en él, el Ramchand oculto, verde azulado y misterioso, que a veces pensaba que las cosas no tenían sentido y otras que se acercaban a la lógica de forma peligrosa”.
Es el descubrimiento de que el dolor cuando se manifiesta en toda su crudeza, tiene el poder de paralizarnos y destruir toda esperanza. Lo peor que puede suceder es, precisamente, que sea interiorizado como fuerza inapelable y se acabe instalando en nosotros. Su afán por encontrar la justicia y exorcizar la desgracia le sumergen en una lucha desesperada, en una guerra sin cuartel contra la ansiedad que le envuelve y no le deja vivir, que solo acaba cuando consigue cejar en su empeño y acepta lo inaceptable, tragándose el dolor y rindiéndose a la evidencia: las cosas son como son y no se pueden cambiar.
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